Cuando reaccionamos a la hostilidad con hostilidad e ira, Satanás gana. La realidad de la persecución plantea interrogantes. ¿Cómo
debemos responder cuando somos atacados por el Estado, la cultura, la sociedad
o incluso nuestra familia y amigos? ¿Es apropiado recurrir a la ira o las
represalias, o deberíamos emular ejemplos de la vida de Jesús? En sus enseñanzas, nos advirtió que
esperáramos “tribulación” y nos convocó a seguir su camino (“Si a mí
me persiguieron, a vosotros también os perseguirán”).