El Hijo de Dios revela los misterios de su Padre, y solo él está calificado para revelar la naturaleza del “Dios invisible.” Todas las promesas de Dios encuentran su cumplimiento en Él. Él es la llave que abre las Escrituras Hebreas y proporciona su interpretación correcta. El punto de partida para entender a Dios y Sus propósitos es Su Hijo, Jesús de Nazaret.