The Bedrock of the Apostolic Faith

Christ’s Death and Resurrection are foundational and indispensable to the teachings of Jesus and the Apostles.

The Apostle Paul discusses the future resurrection of believers in his second letter to Timothy in response to denials of this “sound teaching.” Faith in the future resurrection is central to the doctrine of salvation proclaimed by Jesus and his Apostles. This teaching is utterly reliable since it is based on the historical Death and Resurrection of Jesus, and the eyewitness testimony of the Apostles – (Acts 1:21-22, 2 Timothy 1:13).

El Fundamento de la Fe Apostólica

La Muerte y Resurrección de Cristo son fundamentales e indispensables para las enseñanzas de Jesús y los Apóstoles.

El Apóstol Pablo analiza la futura resurrección de los creyentes en su segunda carta a Timoteo en respuesta a las negaciones de esta “sana enseñanza.” La fe en la resurrección futura es fundamental para la doctrina de la salvación proclamada por Jesús y sus Apóstoles. Esta enseñanza es completamente confiable ya que se basa en la Muerte y Resurrección históricas de Jesús, y en el testimonio ocular de los Apóstoles - (Hechos 1:21-22, 2 Timoteo 1: 13).

El Siervo Ungido

Después de su bautismo en el Jordán, la voz del cielo identificó a Jesús como el Hijo de Dios y el Siervo de Yahvé.

El tema del cumplimiento es prominente en el evangelio de Mateo. En Jesús de Nazaret, las promesas de Dios han encontrado sus cumplimientos profetizados. Él es el Hijo de Dios, el que está destinado a gobernar las naciones de la Tierra, aunque de maneras inesperadas y sin precedentes.

¡Desgarrad los Cielos!

El Espíritu de Dios y la voz del cielo confirmaron el llamado y la identidad de Jesús, Hijo, Mesías y Siervo del Señor.

Jesús aparece por primera vez en el Evangelio de Marcos cuando Juan lo bautiza en el río Jordán. El relato lo identifica con su ciudad natal, Nazaret, un pueblo sin importancia, aunque su insignificancia juega un papel en la historia. Él es “el Siervo del Señor” ungido por el Espíritu, pero no se ajusta a las expectativas populares sobre el Mesías.

The Unexpected Messiah

Jesus is revealed as the Savior of Mankind in his sufferings and self-sacrificial death for others, including his enemies.

The inability of men to recognize Jesus as the Son of God until after his crucifixion is a central theme of the Gospel of Mark. Ironically, the first man to do so is the Roman centurion on duty at his execution. Christ’s self-identification as the suffering “Son of Man” made him unrecognizable to unregenerate men. He was the kind of savior and redeemer no one expected.

¿Quién es este hombre?

En el Evangelio de Marcos, nadie reconoce quién es Jesús excepto los demonios. Solo en su muerte en una cruz romana los hombres entendieron su identidad.

En Galilea, los discípulos presenciaron a Jesús sanar a los enfermos, expulsar demonios, perdonar pecados e incluso calmar tormentas violentas, actos sobrenaturales realizados con gran autoridad. Sin embargo, sus palabras y hechos produjeron confusión sobre su identidad y, por lo tanto, muchos se hicieron la pregunta: “¿Quién es este hombre?” Solo en su ejecución un ser humano finalmente reconoció quién era.

Mesías y Rey

Después de su Resurrección, Jesús comenzó su reinado desde el Trono Mesiánico como lo profetizó David - Salmo 2: 6-9.

Solo Jesús es el Mesías y Rey de Israel, solo él es el Ungido de Dios. Nunca habrá otro, y todos los que compiten por reclamar esta designación son impostores y mentirosos. Este mismo Jesús reina sobre la Tierra hoy. Su Reino es una realidad presente, y su reinado se consumará cuando regrese – (1 Corintios 15: 24-28, Apocalipsis 1:4-6).